Los que dicen que volar es delicioso no han oído de tí.
No han visto el reflejo incandescente de la luz y las velas en tu rostro,
No han pronunciado el neón de tu nombre.
Todo en tí es caída y vértigo, caída profunda en espiral y asombro.
Suenan acordes y mi cuerpo se tensa, me desbarranco de tu boca en cataratas de saliva, un torrente al fondo en espera de la espuma.
Tiemblo y tiemblo
En los ecos del azúcar, te nombro y sigo cayendo, cayendo, cayendo.
No han oído ni saben de tí,
Silenciosa y fría,
Cálida y ruidosa.
En las noches me llevas
Saltamos de la ventana
Y caemos al vacío
Enamorados y sordos al mundo
Tomados de la mano
Sólo una idea , sólo una tarea:
La caída es más dulce que el vuelo.
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